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Jesús Romo fue un universitario que dejó una profunda huella en el Instituto de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde se formó y se desarrolló como investigador, pues fue el tercer estudiante que se graduó en el programa de doctorado que había puesto en marcha el Instituto de Química, ya que era el Instituto, la dependencia universitaria en la que se originó el posgrado en Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, y por lo tanto, la que otorgaba el grado de doctor, a través de la Escuela de Graduados. El Dr. Jesús Romo Armería nació en la Ciudad de Aguascalientes en 1922 y murió en la Ciudad de México en 1977, contando con tan sólo 55 años. Fue el primer químico que obtuvo la distinción de ser miembro del Colegio Nacional, aunque no alcanzó el requisito de la edad para ser nombrado Investigador Emérito del Instituto de Química, en su memoria, la biblioteca del Instituto lleva su nombre. Jesús Romo Armería consiguió en su momento publicar en las mejores revistas científicas del mundo, formar estudiantes capaces y contribuir al desarrollo de la Química. Estos logros lo llevaron a ser un pilar fundamental del Instituto de Química. Aprovechó el conocimiento y la experiencia de los científicos que Syntex trajo a México haciendo de ellos sus maestros y colegas primero y sus amigos después. Introdujo en el Instituto de Química la cultura de publicar en revistas con buen nivel y a competir a nivel internacional. No sólo publicó con los especialistas extranjeros asentados en México, quienes eran los generadores de los primeros proyectos de interés industrial, sino que realizó importantes publicaciones con sus alumnos, culminación del desarrollo de sus ideas plasmadas en proyectos. En 1978 Alfredo Büttenklepper, Lourdes Maffey y Héctor Delgado publicaron un “Estudio bibliométrico del caso del Prof. Dr. Jesús Romo Armería“ en donde presentan un análisis cuantitativo de la productividad del investigador, las citas a sus trabajos acumuladas en ese entonces y el impacto de su obra, (Büttenklepper, A.; Maffrey, L.; Delgado, H. Rev. Latinoamer. Quím. 1978, 9, 11-16) pero lamentablemente el trabajo nunca se complementó con la colección de la obra y no se consideró la obra completa, pues, por ejemplo, indican que existen sólo 16 patentes de las 33 que se han encontrado ahora, número que parece ser definitivo. Su legado se contiene en 173 publicaciones, dos de ellas son sus tesis, la de licenciatura, titulada “Análisis químico de los productos de fermentación del maguey” publicada en 1945, dirigida por el Dr. Antonio Madinaveitia y Tabuyo. La tesis de doctorado lleva el título “Hidrogenación catalítica de la 1,2-benzantraquinona-9,10 y algunos derivados de la 2-hidroxi naftoquinona 1,4”. Su producción científica inició desde 1943 con un artículo monoautoral publicado en la revista Ciencia, titulado “Reversibilidad de la reacción de formación de benzoinas”, en donde el joven estudiante demostró la reversibilidad de esta reacción atrapando los aldehídos intermediarios que se producen a partir de hacer reaccionar las benzoinas puras en presencia de cianuro de sodio". En una segunda reacción, al haber en el medio carbonato de amonio y cianuro de sodio, los aldehídos liberados forman hidantoinas. Esta es una aplicación de la reacción de Bucherer-Bergs, y es que las hidantoínas sólo se obtienen si los aldehídos se encuentran libres. A esto es a lo que se le llama determinación de un mecanismo de reacción a través de la captura de un intermediario. En una revisión en las bases de datos bibliográficas comunes, accesibles hoy día, realizada en el mes de diciembre de 2015, se encontraron 3,142 citas totales a su obra científica, con un índice H de 33, a lo que hay que añadir 73 citas a sus patentes tramitadas en los Estados Unidos de Norteamérica, lo que lleva a un total de 3215 citas totales. Pero este aspecto es irrelevante, y sería útil tan sólo para que una comisión evaluara su trabajo, pues la lectura de sus artículos permite establecer su riqueza intelectual, su capacidad para establecer problemas relevantes y generar estrategias novedosas para resolverlas, derraman inteligencia. Jesús Romo Armería formó estudiantes que hoy día tienen un papel relevante en el desarrollo de investigación científica y de la enseñanza de la Química en México como el Dr. Pedro Joseph-Nathan, científico capaz, productivo e incansable, el Dr. Alfonso Romo de Vivar Romo, que ha mantenido la tradición de investigación en el trabajo en el campo de los productos naturales, el Dr. Cecilio Álvarez y Toledano, pilar de la Química inorgánica en México o el Dr. Alfredo Ortega, quien inició los estudios sobre la biogénesis terminal de terpenos en México y aisló y caracterizó la Salvinorina A. Romo abordó con soltura el estudio, aislamiento y caracterización de los productos naturales, así como se desarrolló de forma amplia en síntesis orgánica, o en general la síntesis química que, en opinión del que escribe, es la máxima expresión de la capacidad predictiva de la ciencia. Romo fue un intelectual completo, quien dirigió los destinos del Instituto que lo formó, contribuyendo en la síntesis de la cortisona, convirtiéndose en experto en lactonas sesquiterpénicas aisladas a partir de plantas mexicanas. Fue también quien realizó algunos de los primeros estudios sobre mecanismos de reacción en México y que comprendió que la industria es una fuente de problemas científicos relevantes, que no se debe despreciar. Aun cuando dejó de asistir al Instituto de Química en 1977, su producción fue extraordinaria. Celebremos al Dr. Romo Armería porque fue un intelectual íntegro cuyo interés principal era la Química y su desarrollo en el Instituto de Química.
Autor: Dr. Gabriel Eduardo Cuevas González Bravo |